Bibliotecas de cosas
Bibliotecas de cosas o plataformas de préstamo es la fórmula que se está implantando en muchos lugares del mundo para que la gente acceda a una gran variedad de objetos: juegos de mesa, artículos para fiestas, material deportivo, aparatos de cocina, instrumentos musicales… sin la carga de la propiedad.
Incluso hay un sitio en la red, https://myturn.com/, que permite a cualquiera crear su propia plataforma de préstamos. Algunas de estas bibliotecas de cosas prestan más de mil artículos por semana y ofrecen servicios añadidos o relacionados con los objetos que prestan.
Estos nuevos formatos de economía colaborativa nos obligan a reconsiderar si es necesario (o queremos) poseer bienes que utilizamos muy de vez en cuando. También sirven para dotar a las personas implicadas de un mayor sentido comunitario, reducir el despilfarro de recursos y optimizar el consumo.
Los lugares donde se ubican las bibliotecas de cosas son muy diversos: locales vecinales, espacios cedidos por empresas, bibliotecas que amplían su oferta de servicios, centros cívicos, asociaciones, locales comerciales.
Canadá, Estados Unidos, Inglaterra, Holanda y Alemania son los países en los que ya hay experiencias exitosas de bibliotecas de cosas, que abren multitud de nuevas opciones para el préstamo o el alquiler frente a la indiscutida propiedad.
Desde el punto de vista pedagógico, la implicación de colegios, centros de enseñanza y universidades en la extensión de este movimiento posibilita una penetración en las familias de planteamientos más cooperativos y menos competitivos, así como una colaboración necesaria para la educación en valores.
Las asociaciones de vecinos deberían ser la correa de transmisión de estas buenas prácticas en el ámbito de sus barrios e impulsar su implantación en aquellas zonas más necesitadas de un aprovechamiento eficaz de los recursos endógenos de cada comunidad.
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