Techos y azoteas verdes en Granada
Techos más verdes, ciudades más vivas.
Mirada desde las alturas, Granada parece un gran cementerio de concreto, coronada por chimeneas de ventilación, tuberías plateadas y techos rojizos o de grises tristes que poco tienen que ver con un paisaje natural y saludable.
Lo cierto es que la estructura urbanística de Granada la dota de una gran cantidad de espacio, en forma de azoteas, que si bien habrán muchas que requieran un acondicionamiento especial para esta función, que podría aprovecharse para cultivar vida en forma de plantas.
Pero la estética de este valle de cemento no es lo único que se puede mejorar convirtiendo las azoteas en pequeños jardines comunitarios.
Beneficios de los techos verdes
Aunque en Granada las precipitaciones son especialmente débiles, en gran parte por la boina de smog que la cubre, estas crean estragos de vez en cuando debido a la impermeabilidad del suelo, incapaz de absorber el agua de lluvia. En ciudades como Nueva York, se ha comprobado que los techos verdes ayudan a solventar este problema, evitando la acumulación del agua en las alcantarillas y evitando daños urbanísticos a la par que mantienen hidratados los jardines de la techumbre.
Hay un fenómeno, llamado “The Heat Island Effect” (algo así como el efecto isla de calor), que plantea a las ciudades como focos de un calor y temperaturas muy superiores a los de su entorno. Esto es debido a las tendencias urbanísticas, que apenas incluyen zonas verdes en la ciudad, de forma que el concreto absorbe la total radiación solar, que después emana en forma de calor. Un efecto que en Granada convierte a cualquier superficie en un auténtico radiador.
Los techos verdes no solucionarían este problema en su totalidad, aunque sí ayudarían a reducir sus efectos. Los jardines en las azoteas contribuyen a refrescar el calor durante el día, debido a que absorben parte de su radiación.
La destrucción del hábitat natural de ciertas especies es una dolencia conocida en el desarrollo de los núcleos urbanos. La distribución de parques y zonas verdes suele ser una cosa inconexa en las ciudades, impidiendo un desarrollo más fluido de la biodiversidad. Contar con amplias zonas de techos verdes podría ayudar a crear una continuidad en esa conexión, permitiendo a las distintas especies movilizarse mejor por la ciudad.
Por último, la presencia de un techo primordialmente verde puede reducir el consumo eléctrico de cada edificio y, potencialmente, de toda una zona urbana a la par que limpiar el aire y, porqué no, dotar a nuestras azoteas de un aspecto mucho más encantador y atractivo que el páramo improductivo que representan a día de hoy.
Esto es algo que ya se hace en Francia, por obligación legal, Suiza y en Estados Unidos, mostrando resultados atractivos no solo desde el ámbito económico, sino que en la calidad de vida y la biodiversidad que retorna a sus territorios perdidos.
Web + info: https://www.youtube.com/watch?v=22NIzIdJHbk&ab_channel=TEDxTalks
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